Un aspecto importante es el conocimiento de los antecedentes familiares y el seguimiento médico periódico. Los cambios en el estilo de vida, como llevar una dieta saludable, ser físicamente activo y evitar los malos hábitos, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar hipertensión, incluso si se tiene una predisposición genética. La consulta con un médico y las pruebas genéticas pueden proporcionar información adicional sobre los riesgos y la prevención de la hipertensión.
Hipertensión y edad
La edad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar hipertensión. A medida que envejecemos, los vasos sanguíneos pierden su elasticidad, lo que provoca una mayor resistencia al flujo sanguíneo y un aumento de la presión arterial. Los adultos mayores suelen tener comorbilidades como diabetes, obesidad y enfermedad renal crónica, que pueden agravar la hipertensión. Es importante medir su presión arterial con regularidad y tomar medidas para controlarla.